Las enfermedades nosocomiales se presentan durante una estancia corta o prolongada en un hospital. Estas tienden a no ser controladas o incubadas durante la estadía del paciente infectado, acarreando consecuencias en la salud no solo del resto de los pacientes, sino en visitas y el mismo personal del hospital.
Aunque tal vez no lo parezca, este tipo de infecciones son muy comunes, generando un gastos importantes en los pacientes afectados y los hospitales involucrados. La falta de trabajo para los infectados y para los centros médicos, recursos, consumibles y espacio que necesitan las personas enfermas.
En México, se estiman alrededor de 700 mil casos de infección intrahospitalarias al año. Algunos de los factores que provocan estos números, son por la falta en medidas de limpieza, como el lavado de manos y la falta de desinfección en los quirófanos. Sin embargo es un tema que no ha tenido la debida importancia, siendo el problema secundario más frecuente entre los pacientes internados, de acuerdo con la información de La Secretaría de Salud.
Existen 3 sitios de infección nosocomiales, las vías urinarias, vías pulmonares y sitios de intervención quirúrgica. Las vías respiratorias son de las más frecuentes y están asociadas con los ventiladores mecánicos, mismos que son esenciales para apoyar a las personas con COVID-19.
¿Cómo lo podemos prevenir?
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) se debe llevar a cabo este protocolo de prevención:
- Lavado de manos, uso de guantes, estrategias de aislamiento, lavado de ropa, desinfección y esterilización de espacios
- Protección a los pacientes con nutrición y vacunación
- Monitoreo de infección y control de brotes
- Prevenir la infección del personal médico
La luz UV-C se ha convertido en uno de los métodos más efectivos para los médicos al momento de desinfectar y esterilizar sus herramientas de trabajo. Sin embargo, su capacidad no abarca la desinfección de espacios completos.
En estos tiempos de pandemia, los centros médicos han apostado por la desinfección de sus espacios con tecnología de lámparas UV-C, ya que con más de 100 años desde su implementación, se ha comprobado que elimina hasta el 99.9% de virus, bacterias y hongos, incluyendo el COVID-19.
Con la efectividad que brinda la luz UV-C los riesgos de contraer una infección dentro de los hospitales comenzará a disminuir, brindando mayor seguridad a los pacientes, visitantes y personal médico.